El hada LILI

Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos siglos atrás, vivía en un fastuoso reino rodeado de hermosas hadas, una hechicera llamada Lili, la cual poseía fabulosos y mágicos poderes que la hacían maravillosa y lista.
Para la mayoría de los integrantes de ese maravilloso reino, Lili tenía el defecto de la fealdad.
Este defecto la hacía sufrir mucho, porque a pesar de sus extraordinarios poderes nadie en su reino la quería, porque todos comentaban y consideraban que lo más importante y primordial para un hada era su belleza.
A pesar de sentir el desprecio y la burla a cada momento, Lili todos los días mostraba una cara de alegría y felicidad para con todos en su maravilloso y especial reino.
Ella asistía todas las mañanas a la escuela de magia, para cumplir fiel y solitaria, cada una de las tareas encomendadas; a pesar de ser ignorada por su grupo de guapas compañeras.
El desprecio era de tal magnitud que cuando el grupo volaba a cumplir con una misión, tal como ayudar a un niño o a un anciano en apuros, todas al unísono y como un perfecto coro le gritaban cosas desagradables:
-¡Fuera fea! ¡Eres un bicho raro! ¡Lárgate de nuestro lado!
Este problemilla la hacía sufrir y llorar mucho. A pesar de ser muy pequeña y débil su magia era muy pero muy poderosa.
Muchas veces después de pensar durante largas horas, se le ocurrió la idea de hacer un encantamiento que la convirtiera en una hermosa y brillante hada, pero le llegaban a su mente pensamientos de lindas conversaciones sostenidas con su madre.
-Hija mía nunca te avergüences de nada
-Cada ser humano nace con virtudes y defectos. Esto es siempre por alguna razón especial, así que eternamente luce tu mejor sonrisa y vive cada momento de tu vida.
Así transcurrieron las semanas, hasta que en un oscuro día de invierno, llegaron al reino unas brujas muy crueles. Venían de un lugar cercano donde hicieron prisioneros a todos los presentes, para hacerse dueñas y someter a trabajos forzados a todas las personas.
Lili siempre muy hábil logro con su fealdad hacerse pasar por una de las malvadas brujas y las siguió mientras pensaba en un gran plan para salvarlos.
Cuando ya estaban todas en su guarida les preparo una fantástica fiesta. Decoró el lugar con hermosos globos en forma de sapos, culebras y vampiros.
Contrató a unos músicos, unos lobos que aullaban sin parar. Las brujas bailaron y disfrutaron al máximo la fiesta. Hábilmente Lili aprovechó la ocasión para preparar un pastel con un ingrediente mágico que las hizo dormir a todas.
Aprovechó que dormían y voló rápidamente para pedir ayuda de sus compañeros. Así pudo liberar a la gente del pueblo y junto a los integrantes del pueblo, decidieron unir sus fuerzas para enfrentarse a las brujas, que yacían cansadas.
Así, con un potente hechizo lograron encerrarlas a todas, por 100 largos y oscuros años.
Durante esos 100 años y muchos más, todos los habitantes del reino, le demostraron cariño y respeto a Lili a pesar de su condición. La recordaban como una valiente, servicial e inteligente hada que nunca a pesar de ser ignorada y ser motivo de burlas, ayudo de forma desinteresada y con valor a sus semejantes.
En el maravilloso reino nunca más, se consideró la fealdad como un defecto, se admitió más bien como una virtud. Y cada vez que alguien nacía algo diferente a las hermosas hadas, absolutamente todos expresaban su alegría, admiración y respeto.
Recuerden las hermosas palabras de la madre de Lili:
- No importa si eres feo o eres hermoso. Esto es siempre por alguna razón especial, así que eternamente luce tu mejor sonrisa y vive cada momento de tu vida.
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