El león y su ejército

Hubo un día en que el León se hallaba muy deprimido y malhumorado por culpa de los cazadores que Iban tras los animales y los atrapaban para sacrificarlos, por lo que tuvo la idea de organizar un ejército para poder hacerles frente.

Así fue, que el León comenzó su plan, a buscar otros animales de la selva. En su andar se encontró con el Elefante, a quien le comentó su propósito y le dijo:

-Tú, gran amigo Elefante, irás al frente de mí, ejército y nos defenderás porque eres muy grande y fuerte, así que marcharás al frente primero.

Luego de esto, los dos continuaron adelante para reclutar más animales para su ejército y de inmediato se encontraron con el Lobo, al que el León le comentó su idea y también estuvo de acuerdo.

Pero el Elefante no contento con esto se dirigió al León y le pregunto:

-Si yo soy grande y fuerte, señor León, para qué nos puede hacer falta un animal tan chiquito.

Ante esto el León no le dio importancia a lo dicho por el Elefante y dirigiéndose al Lobo le dijo:

-Usted, señor Lobo será nuestro combatiente, soldado más aguerrido y feroz”.

Con esto, el Lobo se sintió muy alabado y también aceptó y así continuaron los tres, en la búsqueda de nuevos soldados. Acto seguido consiguieron a un Mono que gritaba muy duro.

El león y su ejército

Una Liebre muy miedosa y un Burro demasiado viejo.  Entonces el León les pidió que se unieran al ejército, ante lo cual el Elefante y el Lobo le preguntaron al León:

- ¿Para qué, señor León, necesitamos a estos animales en nuestro ejército?, díganos.

-¡No entendemos para qué los quiere en nuestro grupo!

-Mire señor León, esos animales que usted escogió están muy débiles y ya no sirven para estar con nosotros.

-El Mono lo que hace es puro chillar y gritar. La Liebre es una miedosa que al menor ruido saldrá despavorida corriendo y ese pobre Burro está tan viejo que ya no puede ni con su alma.

El sabio León, los miraba y no les hacía caso y continuaba adelante, planeando lo que haría su ejército. Al fin llegó el día de dar la batalla. De repente el Burro rebuznó lo más fuerte que pudo para avisar que el enemigo estaba muy próximo.

La Liebre salió corriendo muy velozmente y dando saltos para darles el mensaje a todos los soldados del ejército, mientras el Mono con sus gritos y saltando entre los árboles distraía a los cazadores.

Mientras el Elefante imponente por su tamaño se presentó agitando su trompa y los lobos hacían aullidos y dejaban ver sus afilados y grandes colmillos.

Por su parte el León rugía y rugía ferozmente y los cazadores se espantaron y aterrorizaron del susto. Huyeron tan rápido que hasta dejaron sus armas y jamás volvieron a molestar a los animales.

Indudablemente en el mundo todos poseemos una cualidad, que nos destaca.

 

 

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